Ir al contenido principal

JIM HARRISON, traducido del inglés por Jonio González

Jim Harrison nació en Grayling (Michigan, EE. UU.) en 1937 y murió en Patagonia (Arizona) en 2016.



EL PRESENTE

El precio del vuelo es el aterrizaje.
En este cálido día de invierno en el sudoeste,
aquí en el límite de la frontera, quiero
ir a Francia, de donde todos venimos,
donde Occidente nació cerca de las antiguas
cuevas próximas a Lascaux. En casa sólo estoy
sentado en el borde de este agujero negro,
un pozo que desciende hasta el centro de la tierra.
Con un gran telescopio apuntado hacia abajo
veo un rojo punto de fuego y oigo a la bestia aullar.
Mi espalda supura, enferma,
el corazón se tambalea,
el cerebro canta sus cancioncillas.
En todas partes blancas películas vírgenes esperan ser vistas.
La alondra buceó a pocas pulgadas de las rocas
antes de detenerse y ascender de nuevo.
Los dedos de los pies de Dios hundidos en la tierra.
Está listo para correr. Pero ¿hacia dónde?

 

 

THE PRESENT

The cost of flight is landing.
On this warm winter day in the southwest,
down here on the edge of the border I want
to go to France where we all came from
where the Occident was born near the ancient
caves near Lascaux. At home I’m only
sitting on the lip of this black hole, a well
that descends to the center of the earth.
With a big telescope aimed straight down
I see a red dot of fire and hear the beast howling.
My back is suppurating with disease,
the heart lurches left and right,
the brain sings its ditties.
Everywhere blank white movies wait to be seen.
The skylark dove within inches of the rocks
before it stopped and rose again.
God’s toes are buried deep in the earth.
He’s ready to run.
But where?




 


Comentarios

Entradas populares de este blog

HAYDEN CARRUTH, traducido del inglés por Jonio González

Hayden Carruth nació en 1921 en Waterbury (EE. UU.) y murió en 2008 en Munnsville. SILENCE Sometimes we don’t say anything. Sometimes we sit on the deck and stare at the masses of goldenrod where the garden used to be and watch the color change form day to day, the high yellow turning to mustard and at last to tarnish. Starlings flitter in the branches of the dead hornbeam by the fence. And are these therefore the procedures of defeat? Why am I saying all this to you anyway since you already know it? But of course we always tell each other what we already know. What else? It’s the way love is in a late stage of the world .     SILENCIO A veces no decimos nada. A veces nos sentamos en el porche y contemplamos las innumerables flores amarillas que crecen en lo que antes era el jardín y vemos cómo cambia su color con cada día que pasa, de amarillo intenso a mostaza hasta que finalmente pierden su brillo. Junto a la cerca los estorninos revo...

JAIME JARAMILLO ESCOBAR, "X504", traducido al inglés por Anabel Torres

Jaime Jaramillo Escobar, "X504", nació en Pueblorrico (Colombia) en 1932 y murió en Medellín en 2021.                                            MAMÁ NEGRA   Cuando mamá negra hablaba del Chocó le brillaba la cadena de oro en el pescuezo, su largo pescuezo para beber agua en las totumas, para husmear el cielo, para chuparles la leche a los cocos. Su pescuezo largo para dar gritos de colores con las guacamayas, para hablar alto entre las vecinas, para ahogar la pena, y para besar a su negro, que era alto hasta el techo. Su pescuezo flexible para mover la cabeza en los bailes, para reír en las bodas. Y para lucir la sombrilla y para lucir el habla. Mamá negra tenía collares de gargantilla en los baúles, prendas blancas colgadas detrás del biombo de bambú, pendientes que se bamboleaban en sus orejas, y un abanico de plumas de ángel para revolver el aire. Su negro le traía muc...

JAMES TATE, traducido del inglés por Jonio González

JAMES TATE nació en Kansas City (Missouri, Estados Unidos) en 1943 y murió en Amherst (Massachusetts) en 2015. ASCENSO En mi vida anterior fui perro, un perro tan bueno que me ascendieron a ser humano. Me gustaba ser perro. Trabajaba para un granjero pobre, cuidando y reuniendo su rebaño. Los lobos y los coyotes trataban de burlar mi vigilancia casi cada noche, y no perdí ni una sola oveja. El granjero me recompensaba con buena comida, comida procedente de su mesa. Puede que fuera pobre, pero comía bien. Y sus hijos jugaban conmigo, cuando no estaban en la escuela o trabajando en el campo. Tenía todo el amor que cualquier perro podía desear. Cuando me hice viejo, trajeron otro perro, y lo adiestré en los trucos del oficio. Aprendió rápido, y el granjero me llevó a la casa para que viviera con ellos. Todas las mañanas le llevaba sus pantuflas, mientras también él iba envejeciendo. Yo moría lentamente, un poco cada día. El granjero lo sabía y de vez en cuando traía ...