Ángeles López Cuesta nació en Cangas de Onís (Asturias) en 1892 y murió en Ciudad de México en 1985.
NA MUERTE DEL MIO
AMADÍSIMU HERMANU TOMÁS
¡Virxina! esta pena mía
no algama’ alcontrar consuelu
poni tu fin desde’l Cielu
a tan dañibl’ agonía.
Non ves palombina hermosa
qu’empapiella’l corazón
y non puede dir al son
co la vida caprichosa
tan solo gociar anantes,
y al furate hoy gafos males
fuxe la vida a raudales
lloñe de brazos amantes...
Non veas en mio quebrantu
nada que pueda enoxate
pos mientres enxugo’l llantu
y anque pene, tos mandatos
acoxo muy reverente,
pero acongóxame’l ver
que foy tan dulce mio ayer
como amargu’l mio presente.
Y el continuu sofrir
de estos tiempos, madre mía
yem’ empusible vivir
si tu auxiliu non me guía.
EN LA MUERTE DE
MI AMADÍSIMO HERMANO TOMÁS
¡Virgen! esta pena mía
no alcanza a hallar consuelo
ponle tú fin desde el Cielo
a tan dañina agonía.
No ves paloma hermosa
que llora el corazón
y no puede ir al son
de la vida caprichosa
tan sólo gozar antes,
y al labrarte hoy furiosos
males
huye la vida a raudales
lejos de brazos amantes...
No veas en mi quebranto
nada que pueda enfadarte
pues mientras me seco el
llanto
y aunque pene, tus mandatos
acojo muy reverente,
pero me acongoja el ver
que fue tan dulce mi ayer
como amargo mi presente.
Y el continuo sufrir
de estos tiempos, madre mía
me es imposible vivir
si tu auxilio no me guía.
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