Pascual Antonio Beño nació en Manzanares (Ciudad Real) en 1932 y murió en Sevilla en 2008.
DECADENCIA
Y
al final, lo que siempre nos sucede,
el
odio que irrumpe y nos desune,
la
traición, el cansancio y ese tiempo,
ese
maldito tiempo que nos borra.
Te
alejas de mi vida, te destruyes.
Las
dos rectas se alejan sin remedio,
esas
que se cortaron en un punto
hoy
se desunen hasta el infinito.
Y
luce el mismo sol, los mismos niños
llenan
de ruido el parque y la mañana.
Nada
se pierde o muere. Nada ocurre,
aunque
la angustia anide en cualquier parte
y
se quiebre la vida y la esperanza.
Pero
dichoso amor que así se muere,
de
repente, dichoso, sin vivirlo:
amor
de una estación o de unas horas,
que
muere sin morir y no nos pudre.
Que
peor es el otro permanente
que,
en tedio continuo, nos destruye,
sin
dejarnos la dicha del recuerdo
o
la hermosa tristeza de los sueños.
DECADÊNCIA
E
eis, afinal de contas, o que sempre nos acontece,
o ódio que irrompe e sempre nos desune,
a traição, o cansaço e esse tempo,
esse tempo maldito que
nos apaga.
Afastas-te
da minha vida, destróis-te.
As rectas que sem volta a dar se distanciam,
essas que se partiram num determinado ponto
e que hoje até ao infinito se
desatam.
E brilha o mesmíssimo sol, as mesmíssimas crianças
inundando de alarido o parque pela manhã.
Nada se perde ou morre. Nada acontece,
mesmo que a mágoa faça ninho em qualquer lado
e se estilhacem a vida
e a esperança.
Mas, ditoso amor que assim fenece,
num ápice ditoso sem vivê-lo:
amor de uma estação ou de umas horas,
que morre sem morrer e apodrece.
É bem pior o outro, o que é constante,
que no tédio permanente nos desfaz,
sem abandonarmos a dita da lembrança.
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