Clarice Lispector nació en Chechelnik (Ucrania) en 1920 y murió en Rio de Janeiro (Brasil) en 1977.
DESCOBRI O MEU PAÍS
Subi a montanha
e no seu topo os anjos me cercaram
e me engrinaldaram a fronte
com as flores do céu.
Asas zumbiam
em harmonias fragílimas
e vozes de arcanjos louvavam a paz.
Derramaram sobre meu corpo
sete bálsamos purificadores
e fizeram-me beber
ambrosia e mel.
Banharam-me no rio da música
e eu saí ingênua
como o canto de uma criança.
E depois surgiram novos anjos
e não havia noite
e não havia dia.
E a ambrosia e o néctar
deslizavam com fartura celestial.
E novas canções se entoaram
sempre em louvor a Deus.
E não havia noite
e não havia dia.
E aos poucos cresceu dentro de mim
o desespero
e eu busquei em vão os olhos celestiais.
Eles nada diziam
e cantavam a paz.
E aos poucos uma nostalgia
me enlanguesceu
e eu era o arco distendido
sem a flecha
e eu buscava o ar
sem respirar.
Um anjo me interrogou: mais néctar?
Eu gritei: quero cheiro da terra!
E o anjo me perdoou
E eu cansei de ser perdoada,
eu queria sofrer.
E não havia noite e não havia...
Quebrei minhas asas,
desci a montanha
e vivi na Terra!
Homens amavam
e cansavam do amor.
Homens bebiam sangue
e descobriam
que não desejavam brigar
Entoavam-se cânticos místicos
onde só havia a insatisfação.
E depois homens morriam
e todos sabiam que era o fim.
Nem a terra,
nem o céu!
Fechei-me num quarto,
inventei outro Deus,
outro céu, outra terra
e outros homens.
DESCUBRÍ MI PAÍS
Subí la montaña
en la cima los ángeles me rodearon
poniéndome guirnaldas en la frente
con las flores del cielo.
Las alas zumbaban
en armonías fragilísimas
y voces de arcángeles alababan la paz.
derramaron sobre mi cuerpo
siete bálsamos purificadores
y me dieron a beber
ambrosia y miel.
Me bañaron en el rio de la música
y yo salí ingenua
como el canto de un niño.
Y después surgieron nuevos ángeles
y no había noche
y no había día.
Y la ambrosia y el néctar
manaban con abundancia celestial.
Y nuevas canciones se entonaron
siempre en alabanza a Dios.
Y no había noche
y no había día.
Y de a poco creció dentro de mí
una angustia
y busqué en vano los ojos celestiales.
Ellos no decían nada
y cantaban a la paz.
Y de a poco una nostalgia
me hizo languidecer
y yo era el arco desgarrado
sin la flecha
y yo buscaba el aire
sin respirar.
Un ángel me preguntó: ¿Más néctar?
Yo grité: ¡quiero el olor de la tierra!
Y el ángel me perdonó
y yo me canse de ser perdonada,
yo quería sufrir.
Y no había noche y no había…
¡Rompí mis alas,
bajé la montaña
y viví en la Tierra!
Los hombres amaban
y se cansaban del amor.
Los hombres bebían sangre
y descubrían
que no deseaban pelear
entonaban canticos místicos
en los que solo había insatisfacción.
Y después los hombres morían
y todos sabían que era el fin.
¡Ni en la tierra
Ni en el cielo!
Me encerré en un cuarto,
inventé otro Dios,
otro cielo, otra tierra
y otros hombres.
Comentarios
Publicar un comentario